La vieja guardia, el maldito meñique y el Pitufo Kendoka

Buena semanita, empezó el martes con mi primera carrerita semanal, justo el día después de la Gran Nevada, por culpa de la misma no pudimos didactizarnos con la presencia de nuestro Sensei de Hapkido Jacques. Nos informaron que estaba bloqueado y no pud venir, creo que los rusos lo bloquearon en el paso del Volga cerca de Stalingrado. (son cosas nuestras).
La clase de Hapkido me sirvió para repasar con César las llaves, y aproveché para intentar perfeccionarlas.
Por la tarde desenfundé POR FIN el Shinai, clase didáctica y un par de ji-Geikos para acabar.
El jueves por la mañana no entrené, debido a un dolor en el meñique del pié derecho, que ahora mismo sigo notando. Es una molestia que me hace correr mal, debo recordar que hace un par de años me fisuré este meñique (y hace un año me rompí el otro), con lo cual preferí no forzar. Veremos si la semana que viene puedo correr, quizas deberé descansar para evitar lesiones.
Por la tarde fuí a Kendo, lo necesitaba animicamente, y la clase fué cañera. Muy física, y repasando la técnica, repasamos las 7 katas de bokto y las 10 Kihon (lo he copiado de Kendopitecus, para que engañar). Las Katas las practiqué con Kendopitecus, y si bien una premisa PRINCIPAL al realizar Katas es mirar a tu rival a los ojos, yo no podía por dos motivos, uno porque tenía que mirar de reojo a mi izquierda para ver los movimientos que ejercitaba el Sensei y dos por porque me entró la risa tonta con la cara Azul Pitufo de Kendolechón. El pobre debido a lo nuevo que es su Kimono, estaba TODO AZUL.
Esta semana me ha inscrito mi hermanito en la próxima Cursa dels Bombers del 18 de abril, si no me equivoco, 10 Km, para ir sumando. Todavía no he visto el recorrido. Está claro que tendr´´e que tomarme en serio lo del meñique.
Para acabar voy ha hablar de La Vieja Guardia. El jueves al mediodía recibí una grata llamada telefónica. Era un antiguo compañero de Taekwondo, Héctor, el cual me comentó que quiere hacer algún evento en reconocimiento de nuesto Maestro de TKD Manel, el cual echaron de mal manera del gimnasio. A la misma acudiría La Vieja Guardia. Por supuesto que le dije que podía contar conmigo. A parte estuvimos hablando de como iba todo, así como de temas de gasolina (la mía de coches y la de él de motos), ambos somos enfermos del motor.
Dejo constancia del diploma de la Mitja Marató, mas que nada por si soy capaz de repetirlo.